teamo.

Existen amores predestinados a vivir siempre, amores inmortales, amores que todo lo pueden, amores que todo lo vencen... Uniones de dos que llegan estrenando ilusiones compartidas y con su ardor borran la huella del pasado, de aquellos corazones que ya no latían al tiempo de la pasión, y dejan caducos los recuerdos de aquellas antiguas relaciones que llenaban de toxicidad los días contaminándolos con el humo de lo efímero. Cuando el amor poderoso llega ni la experiencia sirve porque cada unión es distinta y uno es siempre en el otro y crece y aprende y no es egoísta ni pretende secuestrar el espíritu del ser amado para asegurar su atención. Son naranjas que no necesitan ser medias para saber que son queridas, sentimientos titánicos que prefieren lo entero a lo partido basándose en la profunda confianza del otro y creando pilares indestructibles, tanto, que ni la muerte evitará su encuentro.
Son sentimientos benignos que respetan los espacios necesarios de cada uno y que sólo una mirada de amor verdadero reconoce, porque la unión entre ambos es tal que el silencio también les habla y su conocimiento del otro es tan profundo que no necesitan de las palabras para sentir el uno lo del otro.
Vidas compartidas que nunca envejecen porque en el recuerdo del ser amado siempre existirá quien fuiste y ni las huellas del tiempo harán palidecer lo que un día fue belleza, placer y emoción.
Y el amor llega, a veces inoportuno e inconveniente, incluso a destiempo, pero no pide permiso. Aparece inesperadamente y dibuja en el alma un tatuaje imborrable provocando que la razón deje de existir desde la llegada de ese intruso llamado amor, necesidades del otro hasta entonces desconocidas.
Existen ingenuos que tachan el amor de ñoñería, piensan y proclaman sin pudor que no son necesarias las palabras de amor y las situaciones románticas. Personas que no procesan la información que envía el corazón y son incapaces de mostrar unos sentimientos que lejos de ser ridículos, son necesarios y de una riqueza espiritual suprema.
"TE QUIERO"... palabras que ahora en el siglo XXI, en la era de las tecnologías, donde los teléfonos móviles, faxes y emails llegan al destinatario con un solo clic, parecen más difíciles de escribir. Miedos sin sentido, vergüenza a pronunciar palabras por temor a que signifiquen una pérdida de la libertad, esa libertad que ahora se venera como a una diosa y en realidad les convierte en prisioneros, en seres solitarios que vagan en la única compañía de un éxito personal.
Decir "te quiero", cuando se siente, no es ñoño, ni ridículo, ni anticuado, es más, resulta necesario, y compartir, no fusionar, es valiente y si el riego es caer, siempre existirá una mano que ayudará a levantarse y seguir caminando.

TE AMO ALFONSO LIZÓN CAMPELLO! (L)